Jordi llegó así,
Pensando que las webs no sirven para nada.
Pero me dio la oportunidad de confiar en lo que le decía yo,
Y le hice cambiar de opinión.
Comprobó con sus ojos como su página web subía del puesto nº 50 al nº 1 en menos de 6 meses.
Y no solo con el nombre de su negocio,
Sino con palabras clave de sus servicios,
Palabras con las que le buscan sus potenciales clientes.
Empezó a recibir llamadas de nuevos clientes,
Interesados en su servicio.
Al principio no se lo creía, no daba crédito.
Había estado con su vieja web durante 5 años y nadie le había llegado por ella,
Y con la nueva web en menos de 6 meses ya había recibido muchas llamadas que se convirtieron en clientes.
Al año de publicar su nueva web tuvo que trasladarse a un local más grande,
Y contratar a su primer trabajador.
Él solo ya no daba abasto para atender a todos los clientes correctamente.
También subió sus precios.
Se estaba dando a conocer y era muy bueno.
Tenía la agenda llena y cola de espera.
Aún no se lo creía.
Los nuevos clientes que le llegan parece que ya lo conocen.
Vienen confiando en él.
Y él no lo acaba de entender porque nunca ha sido así.
Se tenía que buscar los clientes,
Y luego se tenía que ganar su confianza.
Ahora parece que todos vienen recomendados por otros, pero en realidad no.
Lo han encontrado por su página web.
Algunos solo con leer la web le cogen cita.
Otros se suscriben a su lista de correo,
Y reciben 5 emails a la semana.
Emails en los que reciben consejos,
Y leen historias entretenidas, donde se sienten identificados.
Y en estos mails les vende, cada día.
Toca en la mente de sus potenciales clientes y les hace click.
Jordi no. Mis textos. Los textos de los emails que le escribo como si los escribiera él.
Les hace el click en algún correo y agendan una cita.
Luego Jordi les hace el click en la consulta.
Alucinó con el cambio.
Ahora está contento y sus clientes también.